Un jardín sin iluminación es un jardín a medias, ya que así sólo se puede utilizar el jardín durante el día. ¿Sabes todo lo que te pierdes? Fiestas nocturnas, paseos a media noche, cenas románticas… y todo por unas luces.
Cuando se trata de conducir electricidad, todas las precauciones son pocas. Lo importante es aislarla de todo tipo de humedad. Para iluminar un camino te aconsejamos la iluminación en altura, con la luz mirando hacia abajo e instalando las farolas con tapas opacas para dirigir toda la luz a iluminar el camino. Al instalar las farolas conviene montar el poste sobre un pedestal de hormigón que asegure la estabilidad.
Ten en cuenta que existen pocos conductores más efectivos para conducir la electricidad que el agua. ¿Por qué decimos esto? Pues porque se impone alejar los cables de la iluminación, de las zanjas por las que circula el agua de riego. Tratándose de iluminación, las farolas, focos, apliques, etc., funcionan a 230 voltios para aprovechar mejor la potencia e intensidad, y ese gran y letal voltaje debe ser controlado de un modo escrupuloso.
Al realizar el proyecto de iluminación, te recomendamos que simplifiques al máximo la red. No trates de instalar puntos de luz en mil sitios porque así tu jardín quedará mejor mostrado y más bonito. El efecto que conseguirás será exactamente el contrario: pasará a la historia como el poseedor del jardín más hortera del mundo y, para lograr ese horrible título, habrá tenido que llenar su terreno de zanjas, calas, rozas y calicatas ¡para que circulen 230 voltios por cada una de ellas! ¡Qué peligro!
Las zanjas para cables eléctricos deben ser profundas, de 50-60 cm, y a la hora de taparlas, se debe instalar sobre los cables, que deben revestirse con tubos protectores, una capa de 5-10 cm de arena de río y sobre ella una fila de rasillones (ladrillos huecos grandes y planos). El objeto de todo esto es asegurarse de que si en el futuro se pasa un arado por el terreno para, por ejemplo, renovar el césped, no llegará a los cables; pero además si hay que excavar un hoyo para plantar algún ejemplar extra del jardín, antes que romper el conductor eléctrico, con el consiguiente riesgo de descarga y cortocircuito, podremos observar el rasillón roto y la arena de río surgir del suelo.