Las flores procedentes de bulbos son las más seguras. Siempre salen, porque cada bulbo cuenta ya con su principio de crecimiento floral. Ahora, con los bulbos plantados en otoño (tulipanes, narcisos, etc.) en plena floración, se deben plantar los bulbos de floración estival, (dahlias, azucenas, nardos, gladiolos, etc.)
En Viveros Sánchez encontrarás gran variedad de estos bulbos, y lo importante a parte del precio, es fijarse que estén sanos, que no posean hongos ni estén dañados. Cuanto más grandes sean mejor, significará que están listos para florecer, pues un bulbo pequeño apenas dará flores.
Los bulbos se pueden cultivar en contenedor o en el propio suelo del jardín, sin embargo, hay que tomar una serie de actividades para adecuar el terreno.
- Preparar el suelo: extender sobre el terreno destinado al macizo de bulbos una generosa capa de mantillo desinfectado y entrecavarlo con el suelo. No conviene que la tierra esté dura a la hora de plantar bulbos.
- Plantar en el suelo: la separación ideal es entre 10 y 20 cm. Colocar delante los ejemplares más pequeños, como oxalis o dalias mini, y detrás las gigantescas dalias cactus, los gladiolos, etc.
- Plantar en recipientes enterrados: con este sistema se facilita mucho la tarea de desenterrar para guardar los bulbos en otoño. Por regla general, la profundidad de plantación es el doble del tamaño del bulbo.
Una vez plantados, hay que ubicarlos en un lugar iluminado y regar cuando la tierra esté seca, con cuidado de no encharcar el terreno, pues todos los bulbos son muy propensos a pudrirse en terrenos demasiado húmedos.