Si no tienes a nadie que cuide de tus plantas y no quieres dejarlas abandonadas durante las vacaciones, te damos algunos consejos que ayudarán a las plantas a sobrellevar mejor tu ausencia.
Para las plantas de interior busca la ubicación más luminosa y resguardada, al mismo tiempo. Recomendamos que se sitúen en una de las habitaciones más frescas de la vivienda y ponerlas bien juntas para conservar mejor la humedad. Dentro de la habitación, las colocaremos en un lugar donde no les dé el sol de forma directa, para evitar que se quemen, pero que reciban claridad y puedan seguir con la fotosíntesis.
Una vez hemos hallado el lugar idóneo, lo siguiente será minimizar el crecimiento de la planta, de forma que el consumo de agua también lo haga. Para esto no hay que abonarlas, y unos días antes, procederemos a arrancar todas las flores y capullos que esta tenga, ya que el mantenimiento de estas, requiere mucha agua, total, no las vamos a disfrutar.
Y por último, tenemos el tema del riego. Podría parecer una buena idea poner los tiestos en recipientes llenos de agua, pero esto solo haría que las raíces se pudriesen, así que descartaremos esta técnica, que solo conduciría a nuestras plantas a una muerte segura.
Lo primero que haremos es un buen acolchado, que consiste en cubrir la tierra con piedras o corteza, minimizando así las pérdidas de agua por evaporación, ya que los rayos solares no inciden de forma directa en la tierra y las elevadas temperaturas ambientales no les afectan tanto.
Una vez hecho esto, te recomendamos dos técnicas, usaremos la primera para escapadas más cortas y la segunda para escapadas más largas.
Gotero casero
Consiste en hacerle un agujero en el tapón a una botella de agua, y enterrar unos cinco centímetros de botella con el tapón puesto y llena de agua. De modo que poco a poco, vaya suministrándole agua a la planta. Recomiendo que semanas antes hagas distintas pruebas para ver su funcionamiento.
Cordón de algodón
Esta técnica se suele utilizar en escapadas más largas, ya que el tamaño del recipiente puede ser tan grande como queramos, en función de los días que vayamos a estar fuera. Para ello solo necesitamos un cordón de algodón y un recipiente lleno de agua. Introducimos uno de los extremos del cordón dentro de la tierra y el otro dentro del recipiente, de modo que el cordón absorberá el agua y la transportara a la tierra.