No siempre es fácil formar un seto en nuestro jardín, ya que puede quitarnos mucho espacio o no crecer como nosotros esperábamos. Para ello te damos una serie de consejos para elegir las especies en función de la altura y del espacio que vamos a ocultar.
Por lo general se ha empleado mucho el seto de ciprés, y es que es uno de los más sencillos a la hora de dar forma y podar, ya que prácticamente admiten todo. Normalmente se suele elegir una única especie para formar el seto como el ciprés común (Cupressus sempervirens) o el leylandii (x cupressocyparis leylandii), este último de crecimiento muy rápido para los más impacientes.
Sin embargo hay otras opciones para seto, como puedan ser las trepadoras si hay una verja donde puedan trepar, ocupando menos espacio y dando más amplitud a nuestro jardín. Las trepadoras más usuales son la hiedra para zonas sombrías o el jazmín de leche para zonas soleadas (Trachelospermum jasminoides). Si además tienes la suerte de vivir en un clima suave, puedes optar por trepadoras tropicales, como la famosa y vistosa buganvilla (Bouganvillea sp.).
En general podemos diferenciar dos grandes grupos de setos, los setos formales y los setos informales. Los setos formales, son setos bien recortados de una sola especie, como los setos de los famosos cipreses o con especies que soporten muy bien la poda como el pittosporo, el mirto, boj o ligustro (Ligustrum sp.). Todos ellos cubren muy bien y puedes darle la altura o volumen que desees ya que soportan, como ya hemos dicho muy bien la poda. Sin embargo hay que estar muy pendiente de ellos para que no se descontrolen y mantengan la forma.
Pero para los que tienen tanto tiempo pueden optar por un seto informal, es decir un seto libre en el que las varias especies cierran la parcela con sus diversos colores y formas, dando un aspecto mucho más natural. Para estos setos cualquier arbusto denso y de hoja perenne es válido, por lo general se suele emplear adelfas, durillos, mirtos, dodoneas… Todos ellas necesitan pocos cuidados, salvo alguna poda de mantenimiento o de formación para evitar que invadan el espacio de nuestro jardín.
Para mantenerlos todos ellos a raya se necesita de un buen material de poda, como tijeras de podar, un cortasetos y algo de paciencia.